¿Qué es la Emoción Estética?

Una obra de arte tiene como objetivo primario evocar emociones estéticas a través de sensaciones generadas por formas o imágenes visuales o auditivas. Las sensaciones son estados de conmoción del cuerpo ante los estímulos externos que percibimos con los sentidos. De los cinco sentidos conocidos, tres de ellos requieren contacto físico. Los otros dos, la visión y la audición, llegan a nuestros cuerpos a través de ondas de luz y de sonido, respectivamente. El Arte, como lo definimos tradicionalmente, comunica a través de estos dos sentidos, los únicos que se perciben a distancia.

Las sensaciones físicas producen a su vez emociones humanas. Esto ocurre cuando el intelecto, incluyendo la memoria, interpreta las sensaciones físicas y les da significado o, como suele decirse, sentido.

Existe un debate sobre qué constituye una emoción estética. Clive Bell, en su libro “Art”, define o trata de definir la emoción estética como una emoción particular a un grupo selecto de personas sensibles al Arte. Esta emoción se genera mediante lo que el autor llama “significant form”, sin embargo, en ningún momento define el término. Algunos lo interpretan como sinónimo de “estilo”, entiéndase una desviación notable de la manera de cómo la gente percibe la realidad visible. La función del artista, según Bell, es crear nuevas percepciones de la realidad y evocar la emoción estética. Para Bell y sus seguidores, las formas en las obras de arte realista carecen de estilo o forma significante. En lugar de evocar la emoción estética, meramente sugieren otras emociones por las imágenes que estas formas imitan con fidelidad. Los mortales podemos emocionarnos ante una obra de arte realista, sin embargo, tales emociones no tienen que ver para nada con Arte, por lo que no somos capaces de apreciarla como una obra de arte si sus formas o estilos no nos conmueven estéticamente.

Robert McKee, por otra parte, separa las emociones humanas en dos grandes categorías; aquellas que experimentamos en la vida real y aquellas que experimentamos a través del Arte. Estas últimas son las emociones estéticas. No se diferencian de las emociones “reales”, excepto que las reales son caóticas y las estéticas son controladas por los artistas en su expresión creativa. Contrario a Clive Bell, según McKee, toda persona normal tiene la capacidad de apreciar obras de arte y emocionarse estéticamente, porque es a través de la obra que esas emociones se generan, como sucede, por ejemplo, cuando vemos un filme de ficción.

Cuando observamos una obra de arte y respondemos emocionalmente a ella tal como si estuviéramos frente a la realidad representada, estamos ante una gran obra de arte, paradójicamente porque al contemplarla, ya no vemos una obra de arte.