Investimos significado a los objetos y la representación de ellos en el arte. Es por eso que, a veces, una pintura nos sugiere una historia, algún relato breve con cierta carga emotiva, quizás moral.
El sillón en particular, su confección artesanal puertorriqueña, sus materiales, el entramado de la enea, planta cargada de tradición, implica la historia, identidad y entorno de la persona que la ocupó, cuando era un objeto de uso y, en su función, prácticamente lo ignoramos. Vacío, el sillón es visto de manera distinta de cuando está ocupado. Ahora es metáfora de ausencia, de pérdida, de vigilancia, de memorias, de desplante, de abandono, de autoridad y hasta denuncia.
El sillón artesanal confeccionado por manos hábiles nativas de materiales nobles autóctonos es, a su vez, testimonio tangible de la madurez que un pueblo alcanza para valerse por sí mismo y afirmarse con personalidad propia ante el mundo.
Algunas amistades me han sugerido que “Ausencia” les recuerda el recuadro de un filme, por su perspectiva de líneas diagonales, el personaje anónimo y una luz baja en el horizonte que irrumpe en el interior doméstico y redefine el sillón como un ente dual, materia y sombra.
Si bien el realismo y el impresionismo fueron estilos separados a mediados del siglo XIX, eventualmente se fusionaron a fines de ese siglo en el trabajo de algunos artistas, entre ellos Joaquín Sorolla en España y John Singer Sargent en los Estados Unidos.
Ambos estilos están inspirados en lo que los artistas vieron en su entorno, a diferencia del Arte Clásico o Romántico que produjo grandes pinturas de visiones imaginarias del pasado.
Cuando algunos pintores realistas, como los dos mencionados anteriormente, decidieron aplicar la nueva teoría del color de los impresionistas, nació una nueva forma de realismo. Hasta el día de hoy, un gran número de artistas continúan siguiendo este legado y producen pinturas realistas contemporáneas que combinan lo mejor de los estilos realista e impresionista.
Atardecer en Asuán, Egipto es una obra que incorpora en su estilo características del impresionismo y el realismo. Para los egipcios de la antigüedad, el sol era su divinidad principal. El atardecer era el inicio de una batalla campal entre el dios Re y sus enemigos de la noche, que el amanecer reinvindicaba como el triunfo del bien sobre el mal, el orden (Maat) sobre el caos y, por ende la continuación de la existencia. El joven egipcio de la región de Nubia ha terminado su jornada de trabajo y contempla, sentado en la proa de su feluca, el sol de poniente y otra feluca que retorna de su último viaje del día desde la orilla occidental del Nilo, en donde los egipcios antiguos enterraban a sus difuntos. El ardiente sol parece derretir las formas. La oscuridad comienza a manifestarse en las sombras y en las siluetas. La escena es un drama en que la luz es el personaje central que casi se materializa en las texturas de los pigmentos y arropa la escena toda en gloriosos colores.
Imaginemos que somos traductores y nos toca la tarea de traducir simultáneamente el discurso de alguien en alguna actividad, o de servir de traductor entre dos personas que conversan en lenguajes diferentes. Realizar esa tarea a cabalidad requiere, aparte del dominio de más de un lenguaje, unas destrezas particulares para comprender de inmediato el mensaje, identificar lo esencial del mismo, hacer los énfasis tonales de expresión adecuados y transformar toda esta información en otra lengua, en consonancia con sus características intrínsecas. No hay tiempo ni condiciones afines para consultar diccionarios ni guías gramaticales de expresión verbal. Algo similar sucede con la práctica de pintar al aire libre.
CERRO GORDO / Oil on 14″ x 28″ Masonite
Se dice que los franceses inventaron el “Plein Air” allá para la primera mitad del siglo XIX, y es por eso que se denomina en dicho idioma.
“Plein Air” no es un arte costumbrista. Es un arte representativo de la naturaleza que persigue estimular las facultades intelectuales del observador para reconocer lo necesariamente implicado por el virtuosismo del artista en la ejecución de la obra. Pintar al aire libre le impone al artista unas condiciones particulares en las que se pone a prueba la capacidad de realizar el equivalente de una traducción simultánea de la realidad visual al lenguaje abstracto de la pintura. El artista de “Plein Air” debe ser lo suficientemente diestro para dominar las circunstancias y hacer comprensible el significado de las formas abstraídas en breves contornos, colores, luces, sombras y texturas. Fuera del estudio, el tiempo está limitado a apenas dos a tres horas de trabajo continuo, debido a que la escena en vivo cambia ante los ojos con el movimiento aparente del sol. En el trópico particularmente, las nubes alteran dramáticamente la luminosidad y nos encontramos a la merced de un chubasco repentino. Primero que todo, luego del montaje del equipo, hay que ubicar la parte de la escena abierta a vuelta redonda en la superficie a pintar, por lo que algunos pintores realizan un boceto ligero a lápiz de las masas y valores para establecer la composición. De ahí en adelante, comienza la verdadera aventura del Plein Air, y no cesamos hasta que la naturaleza y la obra hayan llegado a un entendido razonable.
Hoy en día, el Plein Air goza de mucha popularidad. Diríase que es la mejor oportunidad de salir del estudio y disfrutar un día hermoso, sin dejar de hacer lo que más nos gusta.
Decía el gran director de orquesta sinfónica Leonard Bernstein que, aunque apreciaba los elogios a su ya legendaria capacidad para interpretar y dar vida a las obras de los grandes compositores, eran estos últimos quienes merecen la ovación que él y la orquesta acogían con beneplácito. En la música, suele suceder que el compositor de una obra no sea el mejor o el más indicado para ejecutarla, sino que existen intérpretes con un cúmulo de años de estudio y formación para analizar una composición, ubicarla en el contexto histórico que le corresponde, delinear su trayectoria al futuro y lograr que se ejecute con justa y absoluta precisión.
En las artes visuales, algo similar sucede en la arquitectura y la escultura. Un escultor, por ejemplo, realiza un modelo que puede ser llevado a término en bronce o mármol, por asistentes y empresas dedicadas a estas tareas. En la pintura, se espera que un maestro artista realice toda o la mayor parte de su creación.
La mímesis es la recreación de algo observado previamente. Qué sucede cuando, en las llamadas artes de imitación, un artista reproduce, en un medio distinto, una obra de arte ya existente?
Este es el caso de mi dibujo de un segmento de la escultura en piedra caliza de Akhenaten, faraón de la decimoctava dinastía que, entre otras cosas, revolucionó el estilo de arte del antiguo Egipto, aunque brevemente. El motivo inicial para llevar a cabo este dibujo, fue reproducir, en grafito y tiza de carbón, la textura de la piedra caliza con la que fue tallada la estatua original. Añado además, que me valí de una fotografía, aunque lejos de imitar una foto, la utilicé de referencia para mi objetivo final de hacer una representación fidedigna de la escultura, por lo que tanto el fotógrafo como el dibujante coinciden en sus propósitos.
De modo que mi pieza, que consiste en la imitación mediante el dibujo de las formas de la estatua de Akhenaten y el efecto de la luz sobre su superficie caliza, según la obra de arte fotográfica, no pretende ser una obra de arte original, en su composición, sino una interpretación a lápiz y carbón sobre papel de una obra de arte original de hace tres milenios. Mi único mérito es ser un poco Bernstein, e interpretar, según lo permita mi talento y el desarrollo de mis destrezas técnicas y conocimiento del arte y cultura del Antiguo Egipto, la composición en piedra de un gran escultor. No quise, por ende, añadir elemento idiomático alguno de mi manera de dibujar y alterar “estilísticamente” la obra original. Otro dibujante, igualmente competente, puede hacer el mismo dibujo.
No obstante, una recreación bien elaborada, tras muchas horas de esfuerzo, resulta en una actividad intelectualmente placentera. Produce asombro, tanto para el artista como para el espectador, el que un conjunto de manchas realizadas meticulosamente bajo un control estricto de observación y repetición, pueda crear la ilusión de vida y presencia. El espectador disfruta de reconocer lo representado, si este le resulta familiar y estimula su imaginación a revivir memorias de sus experiencias. Invita al placer intelectual de analizar y faculta al observador de ser juez de la calidad y autenticidad de una imitación que acrecienta el valor del original copiado. Esta simpatía entre original y copia genera el elogio y agradecimiento a quienes comprendemos que, a veces, soltar el ego y ser vehículo para que algo más importante pueda ser aún más admirado, nos hace mejores artistas y seres humanos.
If you’re a realist painter who admire the Old Masters, you’ve probably been tempted to copy a work by William Adolphe Bouguereau. In the opinion of many, Bouguereau was the ultimate classical fine artist. His draughtsmanship was as perfect as human perfection can be, and his sense for rendering the planes and shapes of the human form in subtle gradations of tone and value is dumbfounding, even to this day. To be in front of a Bouguereau painting is to marvel at what oil painting can achieve in the hands of a true master.
I decided to take the challenge of recreating a painting by Bouguereau, at least a part of a painting. My selection was the head of Petite Bergere. After much research, I never found the definitive method the master used in creating his masterpieces. Instead, I opted for adapting my own method focusing my aim on obtaining those subtle gradations and depth that conveys living flesh. Personally, the most difficult thing was to recreate the atmosphere that surrounds the figures and objects that populate an art work by Bouguereau. He employed “sfumato”, but not the point of rendering everything blurry. There are instances where a sharp edge was appropriate to convey the sense of a clear, pristine day, which permeates almost every painting by this artist. In conclusion, I had to take into account his goals rather than imitate a process for achieving those goals.
My painting started with a basic construction of the head using Burnt Umber, Venetian Red and Titanium White to model the face, neck and the hands. As for the colors, I used Yellow Ochre, Alizarin Crimson, Hookers Green, Turquoise and Cerulean Blue. I glazed these pigments on the flesh layer by layer by themselves, but also mixed with Transparent White on certain specific spots. Liquin Fine Detail was used as the medium for glazing, Linseed Oil with a bit of turpentine for the early stages of modeling.
Yesterday Saturday 5th, I was invited by local art materials supplier Gruppo Italia for a live painting session to promote their Winsor & Newton Artisan water based oils. I really enjoyed this opportunity to paint in public and to showcase the features of this rather new medium which is basically oil painting with all its advantages and none of its inconveniences.
Water based oils are the same as regular oil paintings, except that it has been altered at the molecular level to react chemically with water. This chemical alteration is actually not a new discovery, as soap, which is oily, also combines with water.
For my demonstration, I used Liquin Original as the painting medium.
The live painting session lasted close to four hours. I used a photograph from a calendar as reference and, because of the time limitations, I painted in plein air fashion.
The 16″ x 20″ canvas was prepared with an acrylic yellow ochre imprimatura. I drew a small thumbnail sketch in pencil on my drawing pad to set up the composition according to the dimensions of the canvas.
With Burnt Sienna, thinned with Liquin, I laid in the general lines and shapes. From then on, it was a matter of applying color in various mixes to recreate the tonal values of the scene.
I felt very proud of the results achieved during the painting session. There were no odor complaints as in regular oils and after the painting was done, it was an easy task to wash the brushes and my hands with plain soap and water. No need for toxic turpentine or mineral spirits.
As for the spectator comments, I was very glad to hear how they felt drawn to enter the scene and be there enjoying the sunlight and the color and, secondly, the amazing power of painting when it comes to depicting reality with short and carefully placed brushstrokes, no depiction of flowers and leaves whatsoever.
Mastering cartooning or the art of caricature is one of those challenges that are both difficult and fun at the same time. It’s important for the portrait painter to understand facial expressions and how to render them in simplified fashion. Cartooning is the most powerful tool for this.
I’m using Mark Simon’s book “Facial Expressions” for my caricature pencil sketches on a paper pad. The book contains a vast number of thumbnail black and white photos of people of diverse ages and ethnicities performing a number of facial expressions that depict the most common emotions. I finished my drawing sessions sketching four well known people. See if you can identify them.
¿Qué pueden lograr reclusas de distintas edades comprometidas con una clase de Arte? La exposición “Juntos para RehabilitARTE” lo demuestra.
Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé (Fundación Angel Ramos)
La invitación del facilitador de Arte eliminaba cualquier duda de las estudiantes ante sus capacidades artísticas. “Empiecen feo”. Así, Ben Morales-Correa, las aborda en el taller que ofrece en el Complejo de Rehabilitación para la Mujer en Bayamón, gracias al Proyecto de Servicios Psicoeducativos que gestiona la Fundación Felisa Rincón de Gautier desde el año 2002.
Nilda Acevedo, Carmen Nieves, Johanna Álamo y Betzaida Maldonado acudieron a la exhibición de sus obras de arte.
En este caso, lo que comenzó “feo” terminó bonito según confirmaron los trabajos de estas artistas reunidos en la la exposición “Juntos para RehabilitARTE”, que recientemente abrió al público en las instalaciones de Fulcro Insurance, situadas en la calle San Francisco del Viejo San Juan.
Las obras exhibidas fueron creadas por participantes en el antes mencionado complejo carcelario de Bayamón, así como en el Centro de Detención Juvenil en el mismo municipio y en el Hogar Intermedio para Mujeres en San Juan. Cerca de 90 reclusas reciben talleres de Calidad de vida, Maternidad a distancia, Computadora, Inglés, Dibujo y Pintura, Salsa y Zumba, ofrecidos por la fundación con el apoyo del Departamento de Corrección y Rehabilitación.
“Es igual la experiencia con todos los estudiantes, siempre están los temores de que no quede bien la obra, hasta yo mismo los tengo cuando pinto”, reconoce el profesor Morales, “claro que para ellas esto representa algo muchísimo más liberador; se sienten muy bien, se tratan con respeto, comparten bien en la clase”.
Explica el profesor que primero hacen ejercicios básicos de dibujo para que “cuando empiecen a pintar se sientan más preparadas”. Ahí es cuando las invita a pintar feo.
“Yo les insisto, todo el mundo quiere hacer algo bonito desde el principio y, si eso pasa, siempre vas a estar temiendo que no te salga. Yo les digo ‘no, tú tienes que empezar feo y ya tú verás que a medida que progreses el cuadro se va a ver tan lindo que ni tú misma lo vas a creer. Ese mismo proceso les da mucha más confianza”, asegura Morales.
Los resultados son interesantes. Johanna Álamo nunca había pintado y aún se sorprende con lo que logró.
“Para mí fue una experiencia que nunca se me había ocurrido, jamás y nunca pensé que mis manos podían hacer todas esas cosas que yo hice y que han podido hacer cada una de mis compañeras”, dice entusiasmada Álamo durante la apertura.
Ella confiesa que reconocer su capacidad en esta destreza la ayudó a “estar segura de mí misma, a pensar que yo sí puedo”. “Además de pintura puedo hacer un montón de cosas, ahora sigo pintando por ahí pa’ abajo, tengo mis dibujos aparte para cuando salga, seguir pintando”, anticipa Álamo.
Nilda Acevedo era la otra cara de la moneda. Siempre dibujó desde chiquita guiada por su papá y su abuelo. “Aprendí mucho”, describe su experiencia en el taller, “y también aprendí mucho de ellos ellos (padre y abuelo). Ellos fallecieron pero me quedé en mi mente con el dibujo”.
Otras disfrutaron la oportunidad pero reconocen que el arte no es su fuerte.
No es lo mío”, cuenta Betzaida Maldonado, “a ella le apasiona y le mete en las sesiones (dice sobre sus compañeras) pero en las clases yo me pasaba peleando con el míster porque le decía ‘¡míster, esto no me sale!”.
Álamo agrega, entonces, que cada vez que la frustración se asomaba, el profesor Morales les decía “tú vas a ver que te va a quedar bien, dale, pon de tu parte”. “Él siempre nos da ánimo”, dice.
“Yo no pintaba nada hasta que llegué a esta clase. El maestro verdaderamente se esfuerza por enseñarnos, es excelente. Siempre que llegaba a esa clase me encantaba y tú te envuelves y como que te vas, no piensas que estás en ese lugar. Yo jamas pensé que iba a pintar, que iba a tener esas pinturas más nunca y mira. Me encantó esa clase”, comenta Nieves. Carmen Nieves tampoco se había relacionado con el arte y se sorprende con los resultados obtenidos.
Luego de su estadía en el Viejo San Juan, la exposición fue trasladada al Departamento de Corrección y Rehabilitación en Hato Rey donde todavía puede apreciarse. Para más información, llame al (787)723-1897.
Fotos: Ana María Abruña
Ben Morales-Correa es artista profesional y maestro de dibujo y pintura. Para cursos y talleres de arte, llame al 787-210-0864.
Su trayectoria incluye un gran número de exposiciones individuales y colectivas en espacios públicos y galerías de arte. Realizó estudios de Bellas Artes y Artes de Comunicación en San Francisco, California y laboró en proyectos comunitarios como el programa de pinturas murales de esa ciudad. Recibió una beca de la Academia de Arte de San Francisco en 1982, y el Primer Premio de Fotografía de la revista norteamericana Archaeology en 1995. Este año, obtuvo Mención Honorífica en la categoría de Pintura en la Primera Bienal del Museo de la Historia de Ponce.
Su experiencia como maestro de arte incluye cursos en el programa de extensión de la Escuela de Artes Plásticas, el programa de educación continuada de la Universidad del Sagrado Corazón y los talleres de arte del Museo de Arte de Puerto Rico. Durante el año 2012 hasta el presente es gestor de un curso / taller de dibujo y pintura, una iniciativa para fomentar la participación de la comunidad en actividades culturales creativas. Desde octubre de 2016 realiza un taller de pintura al aire libre en el Bosque San Patricio en San Juan.
Celebra el Día de la Alfombra Roja en el Bosque San Patricio. Trae tus pinturas, pinceles y tela y crea tu propia obra impresionista con los verdes del bosque y el rojo de las hojas del flamboyán alfombrando las veredas. Aprende la teoría de color de los maestros del Impresionismo. Haremos una caminata y exploración fotográfica usando nuestros teléfonos celulares. Luego nos reuniremos en la terraza bajo techo para crear pinturas bajo la supervisión del maestro de arte y residente de Caparra Heights, Ben Morales-Correa.
No se requiere haber tomado y aprobado cursos previos de dibujo o pintura. Disfruta la oportunidad de pintar en uno de los más bellos bosques urbanos en San Juan.
CREATIVO, EDUCATIVO, ECOAMIGABLE
LUGAR: Bosque San Patricio (Final de la calle Ensenada en Caparra Heights)
FECHA: Domingo 16 de julio de 2017
HORARIO: 10:00 am a 4:00 pm (receso de 12:00 a 1:00 pm)
COSTO: $50 (Participantes proveerán sus materiales de arte: pinturas, canvas, pinceles, etc.)
El cupo es limitado.
Reserva tu espacio ahora por ATH Móvil al 787-210-0864 o por Paypal a benmoralescorrea@gmail.com
El Comité de Manejo del Bosque San Patricio ofrece talleres de arte en el bosque respondiendo al deseo de realzar el potencial de este espacio natural para el disfrute creativo y conexión con la comunidad.
Para más información: 787-210-0864
IMP: Para responder a este mensaje, escriba a benmoralescorrea@gmail.com
MATERIALES
1. Mínimo 1 panel de tela (canvas board) tamaño 11” x 14” sugerido
2. Pinceles: Pueden ser “flats” o “filbert”(lengua de gato) desde un 1/8” hasta 1” pulgada de grueso.
3. Pinturas acrílicas: Para este taller nos basta con los siguientes pigmentos:
a. Amarillo (sug. cadmium yellow)
b. Rojo (sug. cadmium red)
c. Azul (sug. ultramarine or cobalt)
d. Blanco (sug. titanium white)
Pueden traer otros colores si ya los tienen.
4. Paleta (sug. varios platos desechables de plástico blanco 12” diámetro)
5. Contenedor para agua y trapo para limpiar y secar
6. Lápiz y una libreta de dibujo o cualquiera para tomar notas.
OPCIONAL: Recomiendo el uso de un caballete pequeño de mesa para más comodidad.
IMPORTANTE: Traer su celular o tablet con la batería 100% cargada.